sábado, 18 de enero de 2014

futile

Guallar et al. (2013) analizan investigaciones sobre el uso de suplementos de vitaminas y minerales para: 1) prevenir o evitar el avance de enfermedades crónicas; o para, 2) mejorar la salud de personas sanas sin deficiencias nutricionales.
Most supplements do not prevent chronic disease or death, their use is not justified, and they should be avoided. This message is especially true for the general population with no clear evidence of micronutrient deficiencies.
With respect to multivitamins, the studies published in this issue and previous trials indicate no substantial health benefit. This evidence, combined with biological considerations, suggests that any effect, either beneficial or harmful, is probably small. As we learned from voluminous trial data on vitamin E, however, clinical trials are not well-suited to identify very small effects, and future trials of multivitamins for chronic disease prevention in well-nourished populations are likely to be futile.
Beta-carotene, vitamin E, and possibly high doses of vitamin A supplements are harmful. Other antioxidants, folic acid and B vitamins, and multivitamin and mineral supplements are ineffective for preventing mortality or morbidity due to major chronic diseases.

Torito! La conclusión sigue siendo la misma: cuando no existe deficiencia, su uso es inútil y en altas dósis algunas son peligrosas.

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Guallar, Eliseo; Saverio Stranges; Cynthia Mulrow; Lawrence J. Appel and Edgar R. Miller_III. 2013. Enough is enough: Stop wasting money on vitamin and mineral supplements. Annals of Internal Medicine, 159(12): 850-851 doi:10.7326/0003-4819-159-12-201312170-00011.

vía:
la ciencia y sus demonios: Basta ya de malgastar el dinero en vitaminas y suplementos minerales // Link

lunes, 6 de enero de 2014

arte liberal

Evocación de Lynn Margulis sobre su nacimiento a la ciencia...

Aunque Carl [Sagan] desempeñó un papel importante en mi adolescente conversión científica, «La Facultad» de la Universidad de Chicago fue probablemente todavía más crucial.
Ciencias Naturales II, una asignatura anual, supuso un primer paso crítico en mi educación científica.
En lugar de libros de texto, los estudiantes de las clases de biología de CCNN II leíamos los propios escritos de los grandes científicos: Charles Darwin; Gregor Mendel; el biólogo alemán Hans Spermann, un embriólogo en activo durante las dos primeras décadas del siglo XX, y August Weismann, los cuales descubrieron conjuntamente la fertilización y postularon «la continuidad del plasma germinal».
También  leíamos a neodarwinistas anglófonos, incluyendo a los matemáticos y genetistas británicos G. S. Hardy, J. B. S. Haldane y R. A. Fisher.
Hardy, Haldane, Fisher y muchos otros desarrollaron los principios matemáticos de la genética de poblaciones, un pilar crucial que mantiene en lo alto al neodarwinismo.
CCNN II nos proporcionó la inspiración para considerar la genética de poblaciones, la embriología y otros muchos conceptos: ¿Qué es la herencia? ¿Qué une a las generaciones? ¿Cómo inspiran el desarrollo de un animal completo los materiales del óvulo y un espermatozoide fusionados?
Como aprendimos en CCNN II, la ciencia es un arte liberal, una forma de llegar a saber.
Nos enseñaron cómo, a través de ella, podríamos ir por ahí planteando importantes cuestiones filosóficas.
Los asuntos de la herencia profunda, que al principio de CCNN II me consumían, me han inspirado hasta el día de hoy.
La extraordinaria ciencia de la Universidad de Chicago, un conjunto de métodos honestos, abiertos, accesibles y enérgicos, apenas existe en la actual mentalidad, obsesionada con la tecnología.
Allí la ciencia facilitaba el pensamiento de las cuestiones profundas en las que la filosofía y la ciencia se unen: ¿Qué somos? ¿De qué estamos hechos nosotros y el universo? ¿De donde venimos? ¿Cómo funcionamos?
No dudo de que debo la elección de una carrera científica a la genialidad de esta educación «idiosincrática».[1]

Torito! La «Escuela de Pensamiento» no la aprendemos de los miles de escritos que estudiamos para obtener el grado; es herencia. La aprendemos directamente del proceder de cada uno de nuestros maestros, los de «carne y hueso». La adquirimos con sus pasos frente a nosotros, en el marco ético y moral, en la lógica, en la actitud, en la responsabilidad. Realmente ¿qué es lo más importante que debemos aprender? La base filosófica, sobre la cual construiremos la solución de nuestros problemas profesionales.


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[1] del libro que actualmente leo, pp. 34-35:
Margulis, Lynn. 2002. Planeta simbiótico: Un nuevo punto de vista sobre la evolución. Debate, 161 pp.