«Nacer, hacer y desaparecer del infinito».
Por millones de años, el «hacer» ha tenido un sentido exclusivamente biológico y tiene la belleza de la perfección: funciona sin importar lo que pase. Hasta «la extinción» tiene un motivo funcional.
Torito! ¿Para qué más? Realmente ¿en que ayuda suponer esto diferente? ¿Existe alguna respuesta no egosita?
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