"El reto para nuestro partido, por el bien del país, es estar en el poder por siempre y para siempre". Película La ley de Herodes (Luis Estrada, 1999).
Los Hititas. De guerreros nómadas a dioses en una sola civilización. Ellos vivieron el acenso a dioses, nosotros solo vivimos con el inamovible resultado.
Carter Scott (1998: 69-78) narra la historia de ese proceso, aquí una síntesis:
- En el siglo XX a.C. grupos de guerreros nómadas indoeuropeos se instalaron en Anatolia.
- Al extenderse por Hatti, Nesa, Salatiwara, Zalapa, Purusanda y otros lugares, formaron un país, con cualidades de monarquía.
- Los diversos jefes se convirtieron en nobleza, con la capacidad de elegir un soberano. El proceso de selección cambió con el tiempo: en los primeros años recayó en el más fuerte; después en el más intrigante; por último en el que había acumulado el mayor poder. Los soberanos contraían una serie de compromisos ineludibles con los nobles que iban a respaldar su elección.
- Posteriormente el rey era elegido por una asamblea formada por los nobles más importantes (pankus). Existían reyezuelos o jefes menores, pero sometidos al soberano central.
- Con el paso del tiempo al rey se le concedió el honor de designar a su sucesor, si garantizaba que la nobleza no perdería sus privilegios.
- Después de cruentas luchas de sucesión, un rey impuso lo que se puede considerar una “ley de sucesión”, formada por candidatos familiares y que aseguró la sucesión pacífica. El heredero debería ser hijo varón, o a falta, el marido de alguna hija.
- Hacia el siglo XVI a.C. al rey se le añadió el atributo de Héroe (karradu), lo que otorgaba una condición sobrehumana. Esto se puede entender como la tentativa de presentar al soberano como elegido por los dioses y así eliminar intentos de derrocamiento; ademas la suerte del monarca estaba unida a una divinidad.
- Con el paso del tiempo, los monarcas pasaron a ser intermediarios con los dioses, principalmente mediante la oración. Esto responsabilizaba al monarca de la salud, victorias y prosperidad del pueblo. El rey acabó por asumir el papel de jefe religioso y militar, además de juez supremo y sacerdote.
- Durante el imperio nuevo, los soberanos comenzaron a hacerse llamar “Mi Sol”, a semejanza de los egipcios, donde los faraones eran hijos del dios Sol (Ra). Otra similitud era que el rey era ungido como si fuera un santo.
- El soberano se convertía en dios al momento de su muerte.
Y así, se finaliza con el "derecho divino de gobernar", derecho divino de los reyes, en el que nadie en la Tierra tiene el poder legítimo de objetar.
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del libro que actualmente leo:
Scott, Carter. 1998. Los Hititas. Edimat Libros, S.A. 192 pp.
wiki: Hititas // Link
wiki: Derecho divino de los reyes // Link
Edualter: La ley de Herodes // Link
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